Varias partidas de nacimiento podrían firmarse alrededor de este plato y no porque haya un progenitor que reclame su paternidad, sino porque su creación viene constituida por varios matices, todos comprobables
un ADN compartido que enriqueció sus orígenes y perfeccionó su deseable larga vida. “Es comida de negros”, se esboza con justa razón; “sus vocablos son de origen quechua”, otra voz un poco más débil refuta; “su historia, se fundamenta en la Lima de los años 20” alguien mas retruca por ahí…
Las razones que quieran darse son válidas, porque el Tacu Tacu no es un ingrediente aislado como bien pudieran ser el arroz o la papa, no es siquiera un producto con fecha de vencimiento adherido a la piel: El Tacu Tacu nos cuenta la historia de los barrios de clase popular, de los desayunos en una Lima que se fue a expensas de nuestras buenas intenciones por retenerla. Nos habla de los negros que sirvieron a los señores y de las abuelas generosas que esperaban ansiosas los domingos para ver la creación de sus años, traducidos en una extensa familia.
tacui tacui, en quechua “cosa revuelta”, es el vocablo que quiere asumir los umbrales del particular nombre. Hipótesis aun no esclarecida. Lo único que si se tiene claro es que los principales componentes de este contundente plato: Arroz y frejoles tienen cunas conocidas. El arroz llegó con los españoles a esta parte de América y su consumo se popularizó casi tres siglos después con la presencia de los chinos en el Perú. Los frejoles, uno de los alimentos más antiguos en la historia de la humanidad, empezaron a cultivarse hace aproximadamente siete mil años en el Perú y al sur de México
Ingredientes
un ADN compartido que enriqueció sus orígenes y perfeccionó su deseable larga vida. “Es comida de negros”, se esboza con justa razón; “sus vocablos son de origen quechua”, otra voz un poco más débil refuta; “su historia, se fundamenta en la Lima de los años 20” alguien mas retruca por ahí…
Las razones que quieran darse son válidas, porque el Tacu Tacu no es un ingrediente aislado como bien pudieran ser el arroz o la papa, no es siquiera un producto con fecha de vencimiento adherido a la piel: El Tacu Tacu nos cuenta la historia de los barrios de clase popular, de los desayunos en una Lima que se fue a expensas de nuestras buenas intenciones por retenerla. Nos habla de los negros que sirvieron a los señores y de las abuelas generosas que esperaban ansiosas los domingos para ver la creación de sus años, traducidos en una extensa familia.
tacui tacui, en quechua “cosa revuelta”, es el vocablo que quiere asumir los umbrales del particular nombre. Hipótesis aun no esclarecida. Lo único que si se tiene claro es que los principales componentes de este contundente plato: Arroz y frejoles tienen cunas conocidas. El arroz llegó con los españoles a esta parte de América y su consumo se popularizó casi tres siglos después con la presencia de los chinos en el Perú. Los frejoles, uno de los alimentos más antiguos en la historia de la humanidad, empezaron a cultivarse hace aproximadamente siete mil años en el Perú y al sur de México
Ingredientes
4 tazas de frejoles cocidos
2 tazas de arroz blanco cocido
1 Ají verde molido
1 cebolla mediana picada en cuadritos
Aceite para freír
Sal y pimienta al gusto
Preparacion
Poner en una sartén la cebolla con el ají, y freír hasta que la cebolla este transparente. Cuando esto ya este listo sacamos la sartén, y mezclamos esta preparación con los frejoles. Ahora tomamos un cucharón de estos frejoles mezclados con la cebolla y el ají, y lo ponemos en la sartén para freírlos, que quede como si fuera una tortilla, pero sin huevo. Dejamos que dore por ambos lados.
se acompaña generalmente con huevo frito y platanos fritos y una sarsa de cebollas y rocoto.
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